En el centro de Manhattan, los cruces de calles que rodean la entrada al Túnel Lincoln solían ser algunos de los más desafiantes de la ciudad. Un desorden de rampas de autopista, aceras faltantes y barreras de concreto convertían la esquina de Dyer Avenue y la calle 30 en un área a evitar.
Ahora, con un nuevo conector elevado de $50 millones de dólares, los peatones pueden moverse de manera segura a 9 metros por encima de las intersecciones utilizando un puente en forma de L de 182 metros de largo desde el High Line hasta el Moynihan Train Hall.
En su camino, pueden tomarse un momento para experimentar un paisaje de vegetación y una maravilla de ingeniería en madera laminada diseñada por los arquitectos paisajistas de James Corner Field Operations (JCFO) y los arquitectos e ingenieros de Skidmore, Owings & Merrill (SOM).
Este nuevo paseo peatonal conecta Midtown con el High Line y el West Side con un mayor sentido de espectáculo y deleite. -- James Corner, FASLA, fundador y CEO de JCFO.
El conector une el High Line — que comienza en la calle Ganesvoort en el Meatpacking District y termina en Hudson Yards y el Jacob Javitz Convention Center en la calle 34 — con el Train Hall de $1.6 mil millones de dólares que abrió en 2021.
Se espera que el nuevo paso peatonal sea utilizado por decenas o incluso cientos de miles de personas al año. Antes de la pandemia de Covid, el High Line recibía ocho millones de visitantes al año, y la estación de tren ya ha recibido a 700,000 viajeros.
Como todos los proyectos complejos de la ciudad de Nueva York, el conector surgió de la colaboración entre varias organizaciones públicas, privadas y sin fines de lucro - como el Empire State Development, la Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey, Brookfield Properties y Friends of the High Line.
Este equipo afirma que el conector es parte de un esfuerzo colectivo "para crear un acceso peatonal más seguro y agradable, conectar a las personas con el transporte público y vincular de manera fluida espacios públicos abiertos y otros activos comunitarios en el vecindario".
Y JCFO, que ha diseñado el High Line desde 2004, señala que el conector es solo una de las nuevas mejoras de acceso para el parque elevado. Una plaza a nivel de la calle en el borde del parque en la calle 18 está en desarrollo, y podrían haber espacios adicionales para integrar el High Line en la comunidad en el futuro.
Con una longitud de 182 metros, el paseo está compuesto por dos segmentos: un puente boscoso de 103 metros de largo que va de este a oeste, y un puente de madera de 80 metros de largo que va de norte a sur.
El puente boscoso es una extensión del paisaje del High Line Spur, que se desvía hacia el este de la ruta principal del High Line durante media cuadra en la calle 30.
Los árboles son característicos de un bosque caducifolio del este que crecerá en un paisaje exuberante para aves y polinizadores, proporcionará sombra y protegerá a los peatones del tráfico debajo", escribe el equipo. El 90% del paisaje está compuesto por plantas nativas, seleccionadas para proporcionar color durante todo el año y hábitat.
El puente de madera se eleva por encima del flujo de tráfico que sale del Túnel Lincoln, utilizando una estructura de cercha para minimizar su huella en el suelo.
Hecho de madera de cedro amarillo glulaminado de Alaska proveniente de Columbia Británica, Canadá, el conector también promueve prácticas más sostenibles. Las capas de madera altamente comprimidas secuestran carbono, y la construcción de las vigas emitió mucho menos gases de efecto invernadero que una alternativa de acero.
La elección de la madera laminada se basó en sus numerosas ventajas: Se trata de un material de construcción de origen sostenible que deja menos huella de carbono que el hormigón o el acero, al tiempo que ofrece una durabilidad y resistencia excepcionales. Además, añade calidez y textura como material natural, mejorando la experiencia peatonal y ofreciendo una visión moderna de los puentes y estructuras ferroviarias históricos de Nueva York. -- Lisa Switkin, ASLA, directora de JCFO.
(Switkin explica que el glulam tiene muchos usos potenciales para arquitectos paisajistas. El mismo glulam de cedro amarillo de Alaska también se utilizó en su Tongva Park en Santa Mónica, California). Donde se encuentran los dos puentes, el equipo también creó una pequeña plaza que ofrece un "momento de pausa" en medio de la cacofonía del centro. En lugar de esquivar el tráfico, uno puede sentarse y disfrutar de la vista.
"Hemos escuchado durante años sobre lo inhóspitas que se sentían estas calles alrededor de la entrada al Túnel Lincoln para las personas de la comunidad. Ahora, el conector brindará a nuestros vecinos un camino seguro, verde e inspirador", dice Alan van Capelle, director ejecutivo de Friends of the High Line.
Este artículo fue publicado originalmente en The Dirt.
